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viernes, 30 de octubre de 2015

Getafe negro. Debate memoria histórica

Vídeo del debate sobre memoria histórica que tuvo lugar en el Rectorado de la Universidad Carlos III de Madrid, el miércoles 21 de octubre, en el marco del Festival Getafe Negro. Compartí mesa con Ian Gibson, Pedro Herrasti y Santiago Miralles. Moderó David Barba.


viernes, 16 de octubre de 2015

Presentación "Convocando al fantasma" en La Central de Callao



Resultado de imagen de la central


Miércoles 21 de octubre
19h
La Central de Callao
Postigo de San Martín, 8, 28013 Madrid



Participan:
Matías Escalera Cordero (editor de Tierradenadie)
Cristina Somolinos (co-autora)
David Becerra (coordinador del libro)

Más info: https://www.lacentral.com/agenda/madrid/evento/convocando-al-fantasma-coord-david-becerra-mayor-118805  

En la España actual existe una narrativa dominante que desplaza las contradicciones radicales del sistema e interpreta los conflictos que el capitalismo produce en clave individual, psicologista o moral. La huella de lo político y lo social se borra de su literatura.
Pero hay otra literatura. Una literatura que no solo no desplaza las contradicciones sino que además las visibiliza para tratar de hacerlas estallar. Hay una literatura crítica, disidente, de oposición al capitalismo; una literatura que sigue convocando al fantasma.

Un grupo de investigadores, profesores, ensayistas y críticos nos hemos puesto a analizar la novela crítica que se produce en la España actual. Y de nuestro encuentro ha surgido este libro que Tierradenadie ediciones publica.
Se analiza la obra de Belén Gopegui, Isaac Rosa, Rafael Chirbes, Marta Sanz, Rafael Reig, Elvira Navarro, Eva Fernández, Javier Mestre Marcotegui, Fanny Rubio, Matías Escalera, Juan Francisco Ferré, Fernando Díaz y Alfons Cervera. Y entre los analistas contamos con Ángel Basanta,Christian Claesson, Constantino Bértolo, Carlos Fernández Liria, Francisco José Fernandez Ramos, Jesús Peris Llorca,Cristina Somolinos, Ana Moreno Soriano, Alberto García-Teresa, Juan Manuel Santiago, Manuel Guedán Vidal, Mélanie Valle Detry, Anne-Laure Bonvalot y Francisco Álamo Felices. 

domingo, 11 de octubre de 2015

"La novela y la Guerra Civil". Entrevista en Canal UNED



                                     
Entre 1989 y 2011 se han publicado un total de 181 novelas sobre la Guerra Civil española, pero más allá de los datos que subrayan el interés que genera en nuestro presente el tema, este fenómeno nos dice David Becerra crítico literario y autor del libro "La Guerra Civil como moda literaria", es heterogéneo ya que confluyen autores de épocas e ideologías muy diversas. Desde Francisco Umbral, Rosa Regás o Raúl del Pozo a Muñoz Molina, Almudena Grandes entre otros. David Becerra nos habla en su libro de como la Guerra Civil se convierte en una moda literaria a modo de escenario y analiza a los autores para sostener la tesis de que por distintas razones falta por escribir el relato en que la Guerra sea el motivo primero de la obra.

sábado, 3 de octubre de 2015

Los nombres de mañana

Ficciones para una autobiografía de Angeles Mora (Bartleby, 2015)
 
Se puede escribir una autobiografía cuando ni siquiera tenemos certeza de quién somos? ¿Se puede decir yo con la garantía de estar hablando de uno mismo? ¿Se puede escribir sobre lo que fuimos en el pasado si lo único que permite establecer una continuidad entre lo que fuimos y lo que somos es nuestro nombre propio? ¿Somos quienes fuimos? ¿Cómo escribir desde la memoria si esta en vez de traernos al presente el pasado ha convertido en ficción nuestra experiencia? Estas preguntas laten tras cada verso, cada estrofa, cada poema de Ficciones para una autobiografía, el último poemario de Ángeles Mora.

La poesía de Ángeles Mora habla de la dificultad de decir yo soy. Porque nuestra identidad no es sino la contradicción entre lo que queremos ser, y para lo cual conquistamos espacios de libertad al margen de la explotación capitalista, y lo que realmente somos, individuos cuya subjetividad está atravesada por el capitalismo. La poesía de Ángeles Mora se configura por medio de una constante tensión entre el adentro y el afuera. El mundo exterior invade nuestro interior, nuestra subjetividad, coloniza nuestros pensamientos, ata nuestras manos, imposta nuestra voz y escribe con nuestras palabras. La escritura es un espacio de lucha, de resistencia ante el exterior que inocula nuestro inconsciente. El lugar para tomar conciencia de que la ideología es «como esa mancha que no sale del vestido».

No es posible escapar, pero sí buscar refugios. Habitaciones propias, la soledad o, por ejemplo, la noche. La noche, símbolo de libertad, metáfora del lugar que tenemos que conquistar para decir yo sin interferencias. Si el día es el tiempo del trabajo y las servidumbres, de planchar la ropa y poner la mesa, la noche es el refugio para la lectura y la escritura, un intento de escapada de la explotación, una posibilidad para decir yo soy. Aunque el día amenaza con volver con su explotación cada amanecer, con la luz del día «juro que mi derrota no es definitiva», cuando «ha llegado la hora / de cerrar la ventana» y «suave es la noche / todavía».

Pero la luz del día termina franqueando la ventana como el capitalismo atraviesa nuestra subjetividad. No es posible vivir eternamente en la noche o con las ventanas cerradas. El exterior finalmente nos invade y nos devuelve a la realidad. La poesía acaso no sea otra cosa que el juego inocente de los niños que, cuando imaginan mundos en el que son héroes y funcionan al margen de las normas que imponen los adultos, creen que habitan un mundo en verdad distinto. Pero la fantasía termina y la realidad vuelve a colocar a cada uno en su sitio. Así dicen los versos de «Adiós muchachos (Aprendiendo a aprender)»:
«Podíamos pasar la tarde / juntos como si fuéramos otros, / mezclando historias infinitas / con infinitas riñas, / gritos y arreglos / pacificadores. // Jugábamos a solas, / lejos de la mirada de los mayores, / como si no existieran / en nuestro espacio aparte. / Como si tras la puerta falsa / nos olvidase el mundo. // Pero éramos nosotros / los que no olvidábamos ese mundo / grande a nuestros ojos, ajeno / aunque empapándonos por dentro. // A solas, pues / –creíamos ilusos– / con campo propio de batalla, / señores de la historia / cada hora arrebatada al tiempo de los mayores, / al ritmo impuesto de las cosas, / con orgullo inconsciente. // Y sin embargo / nuestro precioso reino escondido / no era, al fin y al cabo, / más que el patio trasero de la casa / y nosotros heroicos fantasmas, / reflejos infinitos, / tan felices como infelices, / con el fuego de la ingenuidad. // Y así pasábamos las tardes, / aprendiendo a aprender / en un mundo de fábula, / aprendiendo a ser nadie».

Este poema bien podría haberse titulado «Poética». La poesía de Ángeles Mora se sintetiza muy bien en estos versos. Aunque creamos que el capitalismo queda fuera de nuestro refugio, sigue empapándonos por dentro (habita en nosotros), e igual que los niños creen –ilusos– que con su juego le arrebatan horas al tiempo de los mayores, nosotros creemos arrebatarle tiempo al capitalismo cuando construimos nuestro espacio en la noche, en las habitaciones propias, en la memoria. Pero las puertas, como las ventanas que se cierran para custodiar la noche, son falsas, y nuestro refugio no es más que un patio trasero de la vida.

La poesía es lucha y en la noche vive su retaguardia. No hay que menospreciar los espacios de libertad conquistados, los lugares de resistencia, los patios traseros donde podemos fantasear que somos libres y que arrebatamos tiempo al capitalismo. Porque, como cuenta «Palabras nuestras», otro poema imprescindible de Ficciones para una autobiografía, «...se acercan lentamente, / palabras nuestras, pálidas, / pues vienen de la noche. // Como el crujir de unos zapatos / hundiéndose en la arena / han de llegar abriendo / un día la mañana /.../ Germinan bajo tierra / donde la historia, poco a poco, / esparce sus semillas /.../ Y ellas florecen / allá donde se pierde el horizonte / abandonando sombras, / abriéndose en cascadas / repetidas / cristales de la noche, / con esa música secreta / que esconden / los nombres de mañana».

La poesía de Ángeles Mora convoca esas palabras nuestras que vienen de la noche, de una noche cultivada para el pensamiento y el ejercicio de la escritura en libertad. Los versos que habitan estas Ficciones para una autobiografía esconden las voces que nos traen los nombres de mañana, que acaso sean emancipación, igualdad y lucha.
David Becerra Mayor // Mundo Obrero, nº 286-287 (julio-agosto 2015). Fuente: http://www.mundoobrero.es/pl.php?id=5020