Buscar

sábado, 30 de agosto de 2014

Los poemas de amor son más fieles a su ideología que a sus amantes



Tampoco está al margen de la Historia, de la lucha de clases, ni escapa a las contradicciones ideológicas del momento histórico en que se produce, un poema o una canción de amor en la actualidad. Piénsese en cualquier canción de Joaquín Sabina, como son, por ejemplo, «Contigo» o «Y sin embargo», ambas incluidas en el disco Yo, mi, me, contigo (1996). Las dos bien podrían funcionar como un discurso transgresor o contra-hegemónico que se enfrenta a la tradición monogámica patriarcal, al escenificar, en «Contigo», la necesidad de construir una forma de amor libre, no «civilizado» y situado fuera de los convencionalismos tradicionales –simbolizados en el altar y el san Valentín–. Este amor, al ser libre, y aunque más tortuoso y acaso provoque mayor sufrimiento que uno convencional, será asimismo más auténtico, más pasional y, en consecuencia, y a diferencia de todos los amores, será eterno («Y morirme contigo si me matas / y matarme contigo si te mueres, / porque el amor, cuando no muere mata, / porque amores que matan, nunca mueren). Del mismo modo, en «Y sin embargo», Sabina insiste en un amor que acepte la infidelidad como instrumento imprescindible para reforzar una relación, como se apunta desde el principio mismo de la canción: «De sobra sabes que eres la primera / y, sin embargo, un rato cada día / te cambiaría por cualquiera»; pero deja muy claro que esta infidelidad, lejos de constituir motivo de ruptura, conduce al sujeto poético a reforzar lo que siente hacia tu pareja, aunque sin rechazar, en modo alguno, la necesidad del adulterio, ya que justifica, con una filigrana retórica, que sólo piensa en las demás cuando se encuentra con ella: «y, sin embargo, cuando duermo sin ti contigo sueño, y con todas si duermes a mi lado».

Como decimos, estas canciones pueden entenderse como una transgresión, pero en realidad encierran una legitimación de las nuevas relaciones «líquidas» del capitalismo avanzado, donde los sujetos plenamente individualizados, autónomos, se vuelven incapaces de establecer vínculos afectivos con otros sujetos. La relación con el otro no es sólida ni solidaria, simplemente busca su cosificación, la transformación del sujeto en objeto de deseo. El otro se convierte en sostén de su propio deseo, en el objeto que sirve para extraer beneficio (libidinal) propio, funcionando de la misma manera que funcionan las relaciones de explotación capitalistas. Los poemas de amor son más fieles a su ideología que a sus amantes. 

Fragmento de: David Becerra Mayor, Raquel Arias Careaga, Julio Rodríguez Puértolas y Marta Sanz, Qué hacemos con la literatura, Madrid, Akal, 2013, págs. 18-19.

lunes, 18 de agosto de 2014

Recordando a Federico García Lorca

Hoy se cumplen 78 años del fusilamiento de Federico García Lorca. Como homenaje, refresco mi artículo "Bodas de sangre: la tragedia moderna y la problemática del yo", que publiqué en el número XVI de la revista Verba Hispánica, de la Universidad de Ljubljana, en 2008. En el siguiente enlace, se puede descargar el número completo de la revista:

http://hispanismo.cervantes.es/documentos/0003/verba_hispanica/VerbaHispanicaXVI2008.pdf